¿Quién puede resistirse a la tentación de un scone esponjoso, recién salido del horno, acompañado de mermelada y una buena taza de té? Si buscas la receta perfecta para hacer scones, estás en el lugar correcto. A continuación, les presentamos una detallada guía para hacer los más sabrosos y esponjosos scones británicos para disfrutar en su merienda.
¿Qué son los scones y por qué nos encantan tanto?
Para los que no estén familiarizados, los scones son un tipo de pan dulce originario de Escocia. Son un clásico en la hora del té y se consumen principalmente con mermelada y crema. ¿Por qué nos gustan tanto? Bueno, su textura suave y esponjosa, la deliciosa combinación de ingredientes y la facilidad para hacerlos los convierten en una opción irresistible.
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Hacer scones puede ser una actividad divertida y relajante, además de brindar la satisfacción de disfrutar de algo que has creado con tus propias manos. Sin mencionar el delicioso aroma que se desprenden cuando están en el horno. Y aunque la receta original de scones suele llevar mantequilla, azúcar y leche, también puedes experimentar con otros ingredientes, como queso y frutas, para darles un toque personal.
Ingredientes y utensilios necesarios
Para hacer scones, necesitarás los siguientes ingredientes:
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- 500 g de harina
- 125 g de mantequilla
- 80 g de azúcar
- 250 ml de leche
- 1 pizca de sal
- 2 cucharaditas de polvo de hornear
Asimismo, deberás reunir los siguientes utensilios:
- Un bol grande para mezclar
- Una batidora
- Un rodillo de cocina
- Un cortapastas redondo
- Una bandeja de horno
- Papel de horno
Recuerda que la calidad de los ingredientes es fundamental para obtener un resultado final delicioso. Por lo tanto, intenta escoger productos frescos y de buena calidad.
Preparación de la masa
La preparación de la masa es una etapa crucial en la receta de scones. Debes tener cuidado con la cantidad de cada ingrediente y el tiempo de amasado para obtener la consistencia correcta.
Primero, precalienta el horno a 220°C. Luego, en un bol grande, mezcla la harina, el azúcar, la sal y el polvo de hornear. Asegúrate de que todos los ingredientes secos se integren bien.
Después, añade la mantequilla fría, cortada en cubos, a la mezcla. Usando tus dedos, integra la mantequilla con los ingredientes secos hasta obtener una mezcla parecida a migas. A continuación, agrega la leche poco a poco, mezclando con un cuchillo de mesa hasta formar una masa homogénea.
Corte y horneado
Una vez que la masa esté lista, espolvorea un poco de harina sobre una superficie limpia y vuelca la masa sobre ella. Amasa ligeramente para alisarla y luego extiéndela con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 2 cm.
A continuación, usando un cortapastas redondo, corta la masa en círculos de unos 5 cm de diámetro y colócalos en una bandeja de horno previamente forrada con papel de horno. Asegúrate de dejar un espacio entre cada scone para que no se peguen al hornearse.
Por último, lleva la bandeja al horno precalentado y hornea los scones durante unos 10-15 minutos, o hasta que estén dorados.
Los secretos para hacer los scones más esponjosos
Aunque la receta para hacer scones es bastante sencilla, hay algunos trucos que pueden ayudarte a conseguir los scones más esponjosos y deliciosos.
Primero, es importante no amasar en exceso la masa. Esto puede hacer que los scones queden duros y pesados. En cambio, intenta amasar lo justo hasta que la masa esté homogénea.
Segundo, recuerda precalentar el horno antes de meter los scones. Esto ayudará a que se cocinen de manera más uniforme y queden más esponjosos.
Por último, no olvides servir tus scones con mermelada y una generosa cucharada de crema. La combinación de estos ingredientes aportará humedad a los scones y los hará aún más suculentos. ¡Buen provecho!
Variaciones del scone: salados y dulces
Los scones son increíblemente versátiles. Aunque los scones dulces son los más conocidos, los scones de queso son una deliciosa variante salada que también vale la pena probar. Para ello, simplemente se puede añadir queso rallado a la masa básica de scones antes de hornear.
Por otro lado, si prefieres seguir con los scones dulces, puedes experimentar añadiendo frutas secas, nueces, chocolate o especias a la masa. Una opción popular en el Reino Unido es el scone de pasas, que lleva pasas de uva y a veces un toque de nuez moscada.
En cuanto a la cobertura, los scones pueden ir acompañados de mermelada, crema de leche (conocida en el Reino Unido como clotted cream), miel o mantequilla. En general, puedes acompañar tus scones con lo que más te guste.
¿Cómo servir los scones?
Los scones son ideales para una merienda o un brunch. Si quieres organizar un auténtico té de la tarde británico, puedes servir los scones junto con una selección de bocadillos salados como sándwiches de pepino o salmón ahumado, y dulces como tarta de limón o pasteles de frutas.
Los scones deben servirse calientes, preferentemente recién salidos del horno. Asegúrate de tener suficiente mermelada y clotted cream para acompañar a los scones. En Gran Bretaña, hay un gran debate sobre si la mermelada o la crema debe ir primero en el scone. Pero lo importante es disfrutar de esta deliciosa tradición británica a tu manera.
Hacer scones es una actividad divertida y gratificante que puede traer un pedazo de la tradición británica a tu casa. Con esta receta, ahora tienes toda la información que necesitas para hacer scones esponjosos y deliciosos. Recuerda, la clave está en la calidad de los ingredientes y en no amasar en exceso la masa.
Ya sea que prefieras los scones dulces o los scones de queso, siempre puedes personalizar la receta a tu gusto. Y no olvides servir tus scones con una abundante cantidad de mermelada y clotted cream.
Esperamos que disfrutes de esta receta y que te animes a experimentar con tus propias variaciones. ¡Buen provecho y feliz horneado!
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